
Un día tras otro caen como soldados muertos
fulminados por el veneno de tu desamor
fatídicos testigos de tu indiferencia
que impide que contemples mi agonía.
Gemidos desgarradores y silenciosos
que gritan a tus sordos oídos mis “te amo”,
resuenan en la bóveda oscura de mis noches.
las mismas que se prolongan veinticuatro horas.
¡ Tú ! sordo y ciego egoísta que me enfureces.
incapaz de distinguir entre fango y tierra fértil
¡tú ! tonto desalmado a quien odio... y tanto amo.
que arrojas a los cerdos las perlas de mi amor.
Si tu supieras cuántas veces te he matado,
Cuántas veces de mi ser te he exorcizado,
Y vuelves a posesionarte de mis pensamientos
Regresas como maldición funesta a mi vida.
fulminados por el veneno de tu desamor
fatídicos testigos de tu indiferencia
que impide que contemples mi agonía.
Gemidos desgarradores y silenciosos
que gritan a tus sordos oídos mis “te amo”,
resuenan en la bóveda oscura de mis noches.
las mismas que se prolongan veinticuatro horas.
¡ Tú ! sordo y ciego egoísta que me enfureces.
incapaz de distinguir entre fango y tierra fértil
¡tú ! tonto desalmado a quien odio... y tanto amo.
que arrojas a los cerdos las perlas de mi amor.
Si tu supieras cuántas veces te he matado,
Cuántas veces de mi ser te he exorcizado,
Y vuelves a posesionarte de mis pensamientos
Regresas como maldición funesta a mi vida.